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Mostrando las entradas de julio, 2018

Peladita y en la boca.

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Hay que soltar la mano, aprender a escribir, aterrizar toda esta lluvia de ideas. Pero, ¿de qué escribo? No tengo la menor idea, o debería decir: no tengo ni puta idea, porque sí, soy una peladita, de esas mujeres vulgares que se comunican a base de groserías. Y me encabrona, realmente me saca de mis estados de paz interior, la gente que voltea a verte como si jamás en su vida hubiera escuchado una grosería, o como si no supieran usarlas, como bien dijo la señora que estaba sentada junto a mí en el autobús, bueno, debo decir que en realidad yo estaba junto a ella y confesar que no era a mí a quien le hablaba sino a su galán, que no precisamente es el mejor de los partidos pues al parecer le es infiel a su esposa. Lo sé porque ella es de esas mujeres que hablan fuerte, tanto que cualquiera que estuviera sentado a su alrededor podría escucharla sin problema, era como vivir una radionovela en el autobús;   y con lo mucho que me gustan las mujeres que hablan gritando, es que siento q

KARCOCHA: EL ARTE DE TOMAR LA CALLE.

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En noviembre del año pasado tuve la oportunidad de ver, por primera vez en vivo, el show del payaso chileno Karcocha, vino por primera vez a México, pero ya cuenta con miles de seguidores gracias a los videos de todas partes del mundo que suben los espectadores, personas que pasaban por ahí y se encontraron con el show de Karcocha, que decidieron grabarlo y subirlo a las redes sociales. La primera vez que vi uno de sus shows en redes sociales me quedé sorprendida por su simpleza y carisma. Karcocha es un personaje que íntima con el espectador, que le juega bromas, pero sin transgredirlo, al contrario, con carisma y pureza tal, que la gente participa en su mundo. Juegan con él. Se convierten en cómplices, se vuelven más permisivos y tolerantes, se dejan llevar por las situaciones que construye el payaso desde la improvisación.  En esta ocasión se presentó junto con su compañera Carmen con un espectáculo donde involucró otras artes circenses y como es costumbre hizo reír a chicos

Sequía.

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Dicen que para escribir sólo hace falta eso, escribir, escribir de qué, a todos nos sobran buenas historias. Como la de tu madre en la puerta queriendo entrar para contarme sobre las maldades que tu ex esposa se dedicó a hacerte. Quién diría que las mujeres podríamos ser unas verdaderas brujas. Lo único que me faltaba en este momento de sequía intelectual es una mujer machista defendiendo a su pequeño príncipe. Para las pocas pulgas que tengo. Mientras habla y habla de lo mala, bien mala que es su nuera, de los muchos traumas que le dejo a su hijo, de los múltiples vicios de esa mujer vulgar y de las ocurrencias que tenía como viajar y emborracharse a la par del hombre o no saber guisar; yo volteaba a ver el cenicero en donde coloque hábilmente mi porrito. Curiosamente llamaba a la inspiración con un método más que vulgar poco atinado, pues el efecto de la marihuana en el cuerpo al grado en el que ya comenzaba a consumirlo resulta en un estúpido aletargamiento, un estado de idi